Luego de la crisis mundial del 2008-2009, donde se puso de manifiesto la fragilidad de las organizaciones y los gobiernos en integrar el balance económico-social y ambiental, se inició el impulso de un concepto más integrador que permitiera equilibrar las tres dimensiones del Desarrollo Sostenible.
En este sentido, en 2010 nació una nueva concepción de la Economía, con un enfoque diferente, para impulsar la integración de un concepto más integrador que permitiera modificar el esquema tradicional de la Economía Lineal que consiste en extraer y transformar materias primas, producir con ellas productos y bienes, comercializarlos, consumirlos y desechar los residuos que generan, en la mayoría de los casos enterrándolos en los vertederos (controlados o no) o quemandolos para producir energía.
Este nuevo enfoque se conoce como Economía Circular, el cual podemos definir bajo el concepto planteado por la Fundación Ellen MacArthur, que establece que la Economía Circular es: “Una economía restauradora que tiene como objetivo mantener la utilidad de los productos, componentes y materiales, y conservar su valor. Por lo tanto, minimiza la necesidad de nuevos insumos de materiales y energía, a la vez que reduce las presiones ambientales relacionadas con la extracción de recursos, las emisiones y los desechos. Una economía circular proporciona así oportunidades para crear bienestar, crecimiento y empleo, a la vez que reduce las presiones ambientales. El concepto puede, en principio, aplicarse a todo tipo de recursos naturales, incluidos materiales bióticos y abióticos, agua y tierra”. En este sentido y como apoyo a esta definición la Agencia Europea del Medio Ambiente (AEMA), dice: “En esencia, una economía circular representa una alternativa fundamental al modelo económico de tomar-hacer-consumir-tirar (lineal) que actualmente predomina. Este modelo lineal se basa en la suposición de que los recursos naturales están disponibles, son abundantes, fáciles de obtener y es barato deshacerse de ellos. Pero esto no es sostenible a medida que el mundo avanza y, en algunos casos, se exceden los límites planetarios.” De ella es destacable ver cómo nos dice claramente que hemos apoyado el crecimiento desbordado en las últimas décadas en la creencia de que los recursos naturales eran fáciles de obtener, abundantes y baratos. ¿Cuál puede ser el mejor ejemplo de esto? Pues los combustibles fósiles, los que hemos usado para el desarrollo precisamente porque eran baratos, abundantes y sencillos de obtener. Y esto, ha cambiado radicalmente.
De manera particular, cuando observamos en Honduras y toda la región Centroamericana, la creciente demanda de recursos y el incremento de los impactos ambientales por la generación de emisiones y residuos, entendemos que, a largo plazo, seguir con la tradicional economía lineal no permitirá llevar al país al desarrollo que tanto se desea.
En este sentido desde hace muchos años, el CNP+LH ha impulsado mediante los diferentes programas de formación y transferencia de conocimiento que desarrolla, integrar a las diferentes organizaciones en los esquemas que permitan reducir el uso de recursos y la generación de emisiones y residuos. Considerando la importancia de que en el país y de manera particular el sector privado conozca y participe, en la integración de los aspectos de la economía circular, el Centro se encuentra preparando con apoyo de la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente, la primera Conferencia Regional sobre Uso Eficiente de Recursos – y Economía Circular, la cual busca que todas las organizaciones nacionales y regionales se fortalezcan e inicien un proceso de transformación que permita que establezcan políticas y cambios en sus estrategias para adecuarse al reto de la Economía Circular, y sobre todo para buscar generar alianzas que impulsen la misma, en toda la región. Los invitamos a participar y conocer más sobre las ventajas y beneficios de aplicar la economía Circular en sus operaciones.